Tras el cierre de comercios obligado por la pandemia de Covid-19 y ante la falta de opciones, vendedores ambulantes, pequeños comerciantes y locatarios de mercados públicos, recurren a préstamos ‘gota a gota’ con los llamados colombianos, con quienes no sólo deben pagar elevados intereses, sino que podrían estar poniendo en riesgo su vida.
A decir de los propios comerciantes, los colombianos están dedicados a prestar dinero rápido, sin garantías, sin aval y con el pago de pequeñas cuotas, pero con altísimos intereses que se hacen en muchos casos imposibles de pagar.
En ese sentido, desde boleros, semilleros, fruteros y demás vendedores ambulantes en el Centro Histórico, han recurrido a los préstamos ‘gota a gota’ para reactivar sus negocios, pues para ellos no hay créditos bancarios, ni apoyos del gobierno y encontrar otra fuente de empleo, no es tan fácil en medio de la crisis económica generada por la emergencia sanitaria.
“Por cada mil pesos prestados tienes que pagar 60 pesos diarios; por dos mil, 120, y por tres mil, 180 y así sucesivamente, los pagos se tienen que hacer semanalmente, cada quincena o mes, como lo hayas acordado, pero si hay retraso empiezan las extorsiones y amenazas hasta de muerte”, expresó Pedro N, locatario del tianguis campesino de Villahermosa.
CLIENTELA INTIMIDADA A SOLICITAR UN PRÉSTAMO
Son los pequeños comerciantes, los vendedores informales su principal clientela y en algunos casos, los visitan en sus negocios y prácticamente actos de intimidación y amenazas los obligan a solicitar este tipo de préstamos.
ASALTOS Y CIERRE DE ‘CHANGARROS’ AL NEGARSE
“Me llegaron a visitar dos veces al puesto, ofreciéndome dinero inmediato a crédito y sin compromiso, desde mil hasta 500 mil pesos, les dije que no me quería endeudar, pero seguían insistiendo, a los pocos días nos asaltaron”.
“Luego volvieron a regresar y nos dijeron que era mejor que agarráramos el préstamo para que nos pasara nada, tuvimos que cerrar el local por miedo”, aseveró Martín ‘N’, quien tenía un puesto de carnitas en la villa Ocuiltzapotlán.