Ayer comentaba que la mente nos juega malas pasadas y con el confinamiento y distanciamiento social la estabilidad psicológica se muestra a veces frágil, pues nos llegamos a sentir sin recursos para enfrentar la crisis, pudiendo incluso pensar que se es paciente Covid.
Esa situación puede llegar a generar ansiedad o en casos extremos hasta ataques de pánico.
Pero ¿qué se puede hacer en casos de ansiedad o ataque de pánico? Por el momento, te daré dos opciones. En cualquier de las dos, es importantísimo priorizar la respiración, tienes que tratar de respirar lo más calmado y controlado posible. Por ejemplo, contar hasta siete lentamente mientras inhalas, y exhalar en otros siete segundos, durante 5 o 10 veces. Ahora sí, puedes acompañar las respiraciones de lo siguiente:
- Ocuparte en algo que te genere tranquilidad, por ejemplo, escuchar la música que más te guste y que estimule tu imaginación; oler fragancias que te den tranquilidad como lavanda o algo maderoso; ver vídeos relajantes o de tus artistas favoritos; hacer lo que más te gusta como cocinar, hacer deporte, escribir, leer; platicar con tus amigos; acariciar a tus mascotas.
- Aceptar la ansiedad. Esto implica no luchar contra ella, sino recibirla e interactuar con ella, ¿Cómo? Puedes empezar a escribir todo lo que estás sintiendo y pensando, incluyendo lo que está pasando a tu alrededor y describirlo, así como los objetos de los que estás rodeado. Si no te gusta escribir, puedes grabarte en audio o en vídeo, pero es importante que una vez que escribas o te grabes, te leas o escuches.
La ansiedad nos muestra que estamos hechos de emociones, de pensamientos y de vida, es el signo más evidente de la vida. Lo sé, suena paradójico, contradictorio, pero la vida en algunos puntos no tiene respuesta, es contradictoria, paradójica, y hay que aprender a vivir con eso.
