“Sólo yo sé los planes que tengo para ustedes. Son planes para su bien, y no para su mal, para que tengan un futuro lleno de esperanza”. Jeremías 29:11.
La vida es simple y profunda y es bueno estar preparados para todo, para ausencias y presencias, para tener mucho sin perder la humildad y para tener poco sin perder la tranquilidad.
En la vida tenemos derechos, a ser libres, a ser felices, a ser amados, a estar sanos y eso deja en nuestras manos la responsabilidad de vivir bien, porque entonces tenemos el deber de ser felices, el deber de saber amar, de mantenernos sanos, de ser indefinidamente libres y para todo eso, precisamos prepararnos, es decir, aprender a vivir.
Pero el aprendizaje en la vida no viene de lo que está a nuestro alrededor, eso se llama experiencia, el verdadero aprendizaje o discipulado en la vida, proviene de Dios. El texto del profeta Jeremías nos anima a tener una experiencia significativa con Dios y por ende a conocer sus planes para nosotros y en la medida que conozcamos sus planes entenderemos también el propósito de la vida.
