HUIMANGUILLO Andrés Rodríguez Vasconcelos, mejor conocido bajo el mote del “Kalimba”, fue masacrado a tiros la tarde de ayer, durante un enfrentamiento con grupos antagónicos de la delincuencia organizada en las inmediaciones de la colonia la Vencedora de la ranchería Pejelagartero, el cuerpo del jefe criminal fue levantado por sus ejecutores y esparcido en varios puntos del municipio luego de ser descuartizado.
El sanguinario líder de una célula delictiva controló 8 años el robo de combustible, trasiego de drogas, secuestros, extorsiones y ejecuciones en Cárdenas, Huimanguillo, Cunduacán y algunas zonas de los municipios colindantes de Chiapas y Veracruz, había logrado escapar varias veces de operativos militares que pretendían capturarlo con vida.
Los primeros informes de las autoridades municipales, establecen de una llamada anónima que alertaba poco después de la una de la tarde, de un enfrentamiento entre ocupantes de dos camionetas y los de un coche tipo Mustang en el acceso a la ranchería Pejelagartero, reportando en la escena, al menos dos personas sin vida, pero aún continuaba la presencia de personas armadas.
Testigos señalan que sicarios habrían intentado cerrarle el paso al auto en el cual viajaba “El Kalimba”, quien evadió a sus agresores e iniciando así el tiroteo que sembró terror entre los habitantes de la colonia La Vencedora, pero finalmente el Mustang fue cercado por el grupo de sicarios y los dos ocupantes acribillados a balazos, más de 50 impactos de bala se contabilizaron en la carrocería de la unidad y en el cuerpo de las víctimas, que habrían quedado adentro del coche.
El grupo de sicarios que se encargó de terminar con los días del jefe criminal, habría tenido tiempo de fotografiar el cuerpo del “Kalimba” y su escolta, para luego llevarse los cadáveres, horas después autoridades municipales y estatales arribarían en la escena de la ejecución, encontrando sólo el auto deportivo, rastros de sangres y un sin número de casquillos percutidos; más de 50 orificios producidos por ojivas de alto poder, se contabilizaron en la carrocería de la unidad.
Pasado de las cinco de la tarde, algunas extremidades humanas con la leyenda en una cartulina de color verde, que decía ‘así es la barredora y ahí está su patrón’, fueron dejadas en una parada de autobuses en el ejido Palo Mulato, restos que pertenecían a Andrés Vasconcelos, de acuerdo a los tatuajes que se podían identificarse.
