BITZALES, MACUSPANA.- Aquí en Bitzales, sexta sección, se bebe agua del pantano, justo donde mueren las gallinas y el ganado. En el día todos se acurrucan en un puente de tubos, y por las noches algunos duermen en una panga abandonada y otros se regresan a sus casas. No hay luz eléctrica y los zancudos hacen fiesta, mientras los pobladores piden a gritos que las autoridades le ayuden, pues no tienen comida ni agua potable; están olvidados.
EL AGUA NO DIO TREGUA
Desde las primeras lluvias, cuando el agua del río Bitzal comenzó a elevar su nivel, los casi 400 pobladores se preocuparon y comenzaron a subir sus pocas pertenencias. Pero el agua no dio tregua, por lo que de inmediato arrearon sus animales y buscaron tierras altas. Una zona de 20 por 20 metros alberga a todo el sector pecuario de los habitantes: vacas, caballos, borregos y gallinas compartes por tiempos el pedazo de tierra que poco a poco se convierte en lodo. Las personas se arrinconan en un viejo puente de tubos y otra parte en una vieja panga, donde varias familias tratan de protegerse del frío, zancudos, culebras y tarántulas, que buscan espacios secos.