VILLAHERMOSA. Fernando Gómez Castellanos, un joven de 29 años de edad que radica en Comalcalco, estuvo 40 días encerrado en su cuarto luchando contra la enfermedad del Coronavirus.
La etapa más difícil para él fue a partir del quinto día de contagio: tenía vómitos recurrentes, temperatura de 38 grados, mareo y no podía dormir.
Tuvo la fortuna de que en su familia hay un médico que lo tratara: su hermana.
Siguió las instrucciones al pie de la letra, tomando Ivermectina, Ibuprofeno, además de tés naturales, hasta que al haber concluido los 40 días pudo ver la luz del día.
Se sintió con una segunda oportunidad de vida y hoy nos cuenta cómo vivió las peripecias de la enfermedad.
¿Qué se siente ser un paciente Covid?
Es una de las peores experiencias de mi vida. Sí he tenido calentura o dolor de cuerpo, pero no al grado de que se disparara hasta 38 o más.
Pero eso apenas era el inicio, luego vino la pérdida del olfato, el gusto, y con los dolores de cabeza no me daban ganas de dormir.
En las noches lo que quería era que amaneciera para entretenerme en algo y no tener el miedo de no despertar al día siguiente.
Mi cabeza me daba vueltas, me sentía mareado, débil; los vómitos que tenía eran recurrentes. Nada más de recordarlo pienso que me sentía morir.
En algún momento de mi lucha pensé que mis fuerzas se desvanecerían por completo y partiría de este mundo, pero no me dejé vencer por la enfermedad, hice mi mejor esfuerzo, siempre pensando positivo, y gracias a la ayuda de mi familia que siempre estuvo presente.
¿Dónde te contagiaste?
En un cajero automático, lo más probable. Cuando esperaba mi turno para retirar efectivo, veía que algunas personas usaban monedas para oprimir las teclas. Yo en mi caso, no pensé que fuera tan riesgoso teclear con los dedos y lo hacía las veces que eran necesario.
No recuerdo otro lugar en el que me haya expuesto a contagio.
En los cajeros automáticos llega todo tipo de persona, las que toman las medidas necesarias para prevenirse del virus, como las que hacen caso omiso a las medidas de prevención, así que ahí pude haberme contagiado, y en un descuido posiblemente me toqué la cara.
¿Te hospitalizaron?
No fue necesario. En casa afortunadamente mi hermana es médico y me dio la indicación de resguardarme mientras pasaba la enfermedad.
Ahí tenía mi propio espacio, mi vaso, cuchara, plato, no los compartía con nadie para no exponerlos.
Así estuve durante catorce días que fueron los más críticos para mí; poco a poco me fui recuperando.
¿Cómo venciste al Covid?
Hay dos medicamentos esenciales que me suministraron para contrarrestar los síntomas del Coronavirus, el primero es Ivermectina y el segundo Ibuprofeno.
Importa también el que estés aislado, eso hice. Comía, aunque no me daba hambre. Me hidrataba constantemente y también tomaba té de manzanilla, de limón, miel, lo que fuera necesario para ayudarme.
Un día después de iniciar con el tratamiento, la temperatura que alcanzaba los 38 grados en mi cuerpo, bajó. Recuperé el sabor y el olor cinco días después del tratamiento.
Eso me puso contento, conforme me iba recuperado las cosas negativas de mi mente iban desapareciendo. Llegué a pensar, te soy honesto, que me iba morir, pero Dios tiene la justa medida para cada persona y es quien decide cuándo partirás.
Después de estar no 14 sino 40 días de aislamiento, por fin decidí salir para ver la luz del día.
¿La enfermedad cómo cambió tu vida?
Bueno, me hizo valorar más mi familia. Cuando hay unión familiar se puede superar más fácil o más rápido una enfermedad, un problema económico, muchas cosas.
En casa había un médico y no tuve la necesidad de ir al hospital, menos de ser intubado, pero sí llegué a sentirme muy mal, porque también disminuyó mi respiración.
Ahora que salgo a la calle trato de tener más cuidado. Si voy al cajero llevo mi gel antibacterial o si voy en el transporte público evito agarrar el pasamanos. Uno nunca sabe dónde puede estar el Coronavirus.
¿Qué mensaje le das a las personas?
Los que no se han contagiado sigan las medidas sanitarias. La enfermedad del Coronavirus no es un juego, así pensaba antes hasta que me tocó y llegué imaginar que no les estaría contando mi historia.
Si se enferman de inmediato que los atienda un especialista, no hay que esperar que pase varios días porque puede ser tarde.
