Cuando un nuevo tipo de Coronavirus empezó a atacar a cientos de ciudadanos en China a finales del 2019, otro virus comenzó a esparcirse de forma simultánea por todo el mundo: la estigmatización hacia los habitantes de esa nación.
Semanas después, cuando el Covid-19 llegó a nuestro país, un paciente diagnosticado con la enfermedad en Ciudad de México denunció haber sido discriminado por sus vecinos, quienes llamaron a la policía, le lanzaron cloro en la puerta y no le permitieron recibir comida.
Acciones como juzgar, rechazar y hasta agredir a quienes se han contagiado con el virus esconden un porqué: el miedo, señala información que publica el diario El Norte.
“Siempre que ocurren fenómenos de estigmatización o discriminación se debe a un miedo que tenemos muy introyectado ante algo que consideramos amenazante o que consideramos no deseable”, señala el psiquiatra Francisco Rodríguez Lara.
“El miedo nos hace actuar de manera muy irracional. Ante una amenaza tratamos de protegernos de ella y nos alejamos, rechazamos o inclusive en casos más graves atacamos”.
RECHAZO A LO AMENAZANTE
Ahora frente a una amenaza de un agente infeccioso, el director general de Terapia Breve Center dice que personas están asustadas y rechazan todo lo que consideren amenazante o potencialmente peligroso.
Ocurre también que durante situaciones catastróficas, como guerras o pandemias, el pánico rompe las normas que regulan una sociedad, dice Juan Antonio Doncel de la Colina, director del Centro de Estudios Interculturales del Noreste en la U-ERRE.
“Como que todas las normas y las estructuras de civilización que tenemos, en situaciones de supervivencia se desmoronan”, indica. “(Por ejemplo) si tú ves que todos tus vecinos actúan, dejas salir libremente lo que te nazca por el miedo”. “Hay que entender sus circunstancias, hay que ser empáticos”, señala Rodríguez Lara. “No es como que se lo buscaron y por eso le va a dar (la enfermedad)”.
“Necesitamos considerar primero que todos estamos interconectados, que todo lo que existe está relacionado con todo lo demás, que no existe nada separado del resto”, dice Javier Gutiérrez, director de Mindfulness Monterrey.
‘YO NO HICE NADA’
“No se pueden imaginar la cantidad de gente que me habla, me regaña”, contó una mujer de 57 años que dio positivo a la enfermedad en el Estado.”Como si yo fuera responsable de lo que está pasando. Yo no hice nada para contagiarme”, señaló.