MACUSPANA.- Aunque el río Puxcatán ha comenzado a descender, cientos de personas aún continúan en precarias condiciones y expuestas a las inclemencias, sin alimento y medicamentos.
Hasta la tarde de este martes, en la zona de Nicolás Bravo, Álvaro Obregón y Narciso Mendoza, el afluente todavía mantenía en pequeñas isletas a familias completas, mismas que lograron ser rescatadas hace algunas horas por personas altruistas que llegaron hasta ellos con despensa y varias mudas de ropa.
Las fuertes corrientes que se convierten en grandes avenidas en las zonas bajas, rodean las casas y a más de un metro dentro de las viviendas, los habitantes se las ingenian para sobrevivir, sin alimento o lugares donde comprar debido a la misma agua.
En cayucos desvencijados que les sirven para estar un poco en seco, los habitantes esperan ansiosos a que les lleven alimento y ropa seca, pues el agua apenas ha bajado 15 centímetros, aunque en otros sitios se observa que las aguas se alejan de los terrenos inundados.